Cuando compramos una bolsa de café de especialidad, a menudo leemos descripciones como chocolate, frutas rojas, naranja o durazno. Pero... ¿realmente el café tiene todo esto? ¿Y cómo puede ser que un grano tenga sabor a fruta?
A continuación, te explicamos qué significan esos sabores y cómo se pueden detectar.
La rueda de los sabores del café
La Specialty Coffee Association (SCA) nos ofrece una herramienta muy útil: la rueda de los sabores del café. Se trata de un recurso visual que agrupa y clasifica los sabores y aromas más comunes que podemos encontrar en una taza de café.
Los sabores que percibimos no son añadidos: provienen de los ácidos y los azúcares naturales del grano. Cada tipo de ácido puede recordarnos a una fruta o alimento concreto.
Por ejemplo:
- Si predomina el ácido málico, el café nos puede recordar a la manzana.
- Si destaca el ácido cítrico, puede tener notas de mandarina o durazno.
¿Quién determina estos sabores?
Aquí entran en juego los Q Graders: profesionales altamente formados en la degustación y evaluación del café. Han entrenado su paladar durante mucho tiempo para identificar, con precisión, los aromas, sabores y acideces de un café y comunicarlos al consumidor. ¡Y por suerte, nosotros tenemos a Eric!
¿De qué depende el gusto de un café?
Los sabores que encontramos en la taza dependen de muchos factores:
- El origen del café (país, clima, altitud...),
- La variedad de la planta,
- El proceso de lavado o secado,
- El tipo de tueste,
- La manera de prepararlo.
¿Cómo puedes comenzar a identificar sabores?
Si te inicias en este mundo, te recomendamos comenzar por los sabores más básicos (la rueda interior): identificar si un café es afrutado, ácido, especiado, dulce o amargo.
A medida que entrenas tu paladar, podrás afinar más, llegando a diferenciar, por ejemplo, entre la lima y el limón.
¿Quieres ver cómo lo hace Eric?
Entonces estate atento a nuestro Instagram, donde Eric te irá enseñando cómo identificar sabores paso a paso.